Han pasado cien años desde que el maestro del cine japonés Akira Kurosawa (1910-1998) viera la luz en una familia de origen samurai, casta de guerreros con un estricto código ético y de honor. Un sentido de la disciplina y un conocimiento de la cultura tradicional, al que Kurosawa unió desde muy joven su pasión por la literatura, la pintura y el cine.
Kurosawa fue partícipe de la enorme transformación de una sociedad que se abría al mundo. Japón estaba inmerso en un complejo proceso de modernización que se resistía a perder sus raíces. La mirada de este genial director supo transformar esta riqueza de influencias y matices en películas que se han convertido en piezas imprescindibles de la historia de la cinematografía universal. Sin duda alguna estas historias locales, protagonizadas por personajes llenos de dudas y pasiones, reflejan un mundo de esperanzas y contradicciones en los que todos nos podemos identificar.
Antes que director de cine Akira Kurosawa quiso ser pintor. Ahora, en Bilbao puedes observar a través de una exposición única donde descubrir el proceso creativo que se esconde tras la belleza de las producciones de Akira Kurosawa, que se verán, por primera vez, junto a sus storyboards, fragmentos de sus películas, la realización del vestuario y los carteles de su cinematografía.
A la exposición se suma un programa de conferencias, cursos, talleres y un ciclo de cine, que sin duda la convertirán en el acontecimiento más importante de la celebración del centenario del nacimiento de Akira Kurosawa y la culminación del Año Kurosawa 2010.
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