Autor: Manu Larcenet
Editorial: Norma Editorial
En esta tercera entrega, los personajes han crecido, se han vuelto más realistas y estilizados físicamente.Tras perder a su padre, Marco visita a su madre de vez en cuando y mantiene conversaciones con ella que jamás ha tenido y que probablemente nunca se imaginaría que las iba a tener, pues intercambian palabras profundas sobre los sentimientos de una mujer viuda que está sola tras el suicidio de su marido.
Por otra parte, el protagonista comienza a aprender a perdonar a aquellos que se portaron mal en el pasado, en tiempos de guerra, o al menos a darse cuenta de que no es él el que tiene que perdonar a nadie, pues son los propios torturadores de la guerra los que tienen que perdonarse a sí mismos, o al menos vivir con la pesada carga de un viejo arrepentido de sus actos pasados.
En lo profesional, Marco mejor, pues se han interesado por sus fotos de los antiguos compañeros de trabajo de su padre para ser editados en un libro, viendo así los diferentes puntos de vista de una obra de una persona a otra, de cómo no podemos juzgar nada pues en las variantes artísticas lo que para mí puede ser horroroso, para él puede ser una maravilla.
La serie está a punto de finalizar, y el protagonista cree depender de los medicamentos para no caer en otra crisis, para no ir al infierno, su novia le presiona porque quiere tener un hijo, y su hermano se comporta de una manera muy irresponsable tras la muerte de su padre...
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